Tierra

El avistamiento de aves da a México pequeña esperanza para preservar naturaleza y economía

Cada año millones de aves se deslizan por las corrientes de aire entre el golfo de México y las montañas de la Sierra Madre Oriental del país, en un espectáculo conocido como el «río de rapaces» que atrae a cientos de observadores de aves extranjeros.

Diferentes especies de halcones, gavilanes, milanos, zopilotes y aguilillas vuelan sobre las montañas o cerca del océano durante el período de agosto a noviembre para escapar del inicio del invierno.

El evento anual podría avivar un auge del ecoturismo similar al que han visto otros países de Latinoamérica, como Costa Rica y Ecuador, éstas no se han materializado en parte debido a lo que los críticos llaman el fracaso de México para diversificar el turismo y conseguir ampliarlo.

Los altos niveles de violencia y las prácticas poco respetuosas con el medio ambiente son los principales obstáculos para el desarrollo del ecoturismo en los estados de Chiapas, Tamaulipas, Guerrero y Veracruz, lugares con una rica diversidad de flora y fauna.

“Un sello verde amigable con las aves para esos productores podría ser el siguiente paso”, dijo Juan Salazar, profesor de la Universidad de Córdoba en Veracruz.

Los esfuerzos para construir una industria en torno a las aves migratorias son una buena causa, dicen los aficionados a esta actividad.

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