Agua

Una proclama artística contra el agravio del agua en México

El jueves pasado la artista y activista colombiana Carolina Caycedo ultimaba los detalles del montaje de su exposición Espiral para sueños compartidos en el Museo Universitario del Chopo, que debía estar lista para su apertura el sábado. Se trata de una instalación colgante de gran formato que ocupa la nave central del recinto expositivo, cuya protagonista es una serie de redes tejidas por comunidades ribereñas de varias regiones de México, pesqueras todas, que han sido afectadas en distintos niveles por el extractivismo.

Este trabajo colaborativo y a todas luces una postura política y social, es un bloque más en el corpus que Caycedo ha modelado y enriquecido en su trayectoria artística. Se trata de un ¡ya basta!, una manera de amplificación de las voces de los pueblos en toda América Latina que resisten en la lucha por el territorio, por los recursos, contra el colonialismo, la apropiación, el desplazamiento, la violencia institucional, empresarial y estatal perpetuadas bajo banderas con estandartes de todos los colores.

Ese jueves, Caycedo era una artista de tres pistas: a la par que inspeccionaba el montaje técnico de las redes y sobre algunas de ellas tejía pequeñas esculturas: un ojo, un camarón, el símbolo prehispánico del atl (agua), por mencionar unas cuantas, también atendía entrevistas presenciales y en línea para introducir a su propuesta.

Las Cosmotarrayas

Espiral para sueños compartidos, amplió la artista, es parte de un trabajo de largo aliento al que llama “Represa/represión”, con el cual estudia y evidencia las afectaciones sobre los cuerpos de agua y quienes los habitan y procuran, agraviados por infraestructuras hidroeléctricas o represas de desechos mineros, por mencionar solo dos tipos de proyectos extractivos.

Una de las piezas centrales de esta serie son las llamadas “Cosmotarrayas”, que son redes artesanales de pesca hechas por las mismas comunidades que dialogan con Caycedo y trasladan los tejidos que, por su cualidad dúctil, se convierten en monumentales cuerpos escultóricos.

Exposición “Espiral para sueños compartidos” en el Museo del Chopo. Foto EE: Cortesía

Para el caso de México, la artista colombiana se entrevistó con cuatro colectivos de pescadores y un comité en defensa del agua: la Cooperativa Mujeres del Manglar, en Zapotalito, Oaxaca; el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, en Jalisco; la Cooperativa Norte de Tecuala, en Nayarit, y la Colectiva Mujeres del Golfo, en Baja California Sur. Todos ellos de regiones afectadas, violentadas, amenazadas por distintas vías que aportaron redes de pesca de sus comunidades para integrar la muestra en el Chopo.

“En Zapotalito construyeron una bocabarra que ha tapado el flujo marino hacia el interior de la ensenada y fregó todos los proyectos de vida pesqueros en la región. En Temacapulín hay un conflicto por la privatización del agua, como muchos otros que hay en México”, ejemplificaba Caycedo.

Una vez recibidas las redes, la artista trabajó junto con el estudio mexicano de diseño Neko para tinturarlas y armar los anillos que permitieron darles distintas formas en el montaje.

Exposición “Espiral para sueños compartidos” en el Museo del Chopo. Foto EE: Cortesía

“Algunas redes se extienden y funcionan casi como un lienzo porque encima tejo más figuras. Otra forma que les damos emulan ese momento en que las redes se lanzan y están en el aire, antes de tocar el agua. También armamos otras formas con exploraciones escultóricas que me interesan, porque la red como objeto da un juego escultórico maravilloso, de ahí mi fascinación por ellas. Las redes contienen el conocimiento del tejido, el conocimiento ancestral de la pesca y la relación con los ríos, las costas y el mar; contienen la soberanía alimentaria de los pueblos y su autonomía económica, que es una postura política y emancipadora si pensamos en este sistema capitalista que nos invita a comprar todo totalmente procesado”.

El expolio de los bienes

¿Qué tan distintos son los gobiernos de izquierda o de derecha cuando desde ambos “extremos” se permite el extractivismo y el sometimiento de los pueblos? Esa pregunta se asoma inevitable en la conversación.

“De eso se tratan esos sueños compartidos a los que se refiere el título”, señala Caycedo. “Desde la punta norte de la costa pacífica hasta la punta sur en Chile hay sueños compartidos, hay luchas por la defensa de los territorios y por proyectos de vida locales, comunitarios. Me rompe el corazón ver que tanto gobiernos de derecha como de izquierda, extractivos o neoextractivos, como se les dice a esos procesos venidos desde la izquierda en nuestros países, siguen permitiendo el expolio de nuestros bienes comunes. Estamos viviendo una pérdida de la confianza en la estructura política y vemos necesario compartir sueños sobre otras estructuras políticas”.

Por último, lamenta la artista, es un peligro ser un ambientalista o un líder social en nuestros países. “De ahí que las instituciones culturales deben recuperarse como espacios para dar lugar a debates tan necesarios: desde la violencia contra líderes sociales hasta el cambio climático y la transición energética, que es otro de nuestros sueños compartidos”.

Exposición “Espiral para sueños compartidos” en el Museo del Chopo. Foto EE: Cortesía

Carolina Caycedo, que expone en El Chopo hasta junio, ha trabajado con comunidades vinculadas con cuerpos de agua que han sido impactadas por el extractivismo en países como Colombia, Brasil, Filipinas y ahora México. Aunque también ha llevado sus “Cosmotarrayas” a museos de distintas ciudades en Estados Unidos.

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