Una enorme grieta se está abriendo en el este de África. Un “rift” que se extiende a lo largo de miles de km desde la región de Afar, en Etiopía, hasta Mozambique y que cada día es algo más grande.
Se trata de una falla continental activa, que no ha dejado de crecer desde que se formó, hace millones de años, y que se ensancha a razón de 7 mm anuales. Los expertos creen que el continente africano se está rompiendo justo en este punto, y que en el futuro la grieta se convertirá en un nuevo océano.
Entre las muchas maravillas naturales de la región, desde lagos como los de Malawi y Tanganica o volcanes como el Ol Doinyo Lengai en Tanzania o los de DallaFilla y Erta Ale en Etiopía, este último entre los más activos del mundo, existen también otras que resultan invisibles para los turistas, como la llamada microplaca Victoria, una de las microplacas continentales mayores de toda la Tierra.
Y es precisamente esa pequeña placa, o más bien sus movimientos, los que propiciarán el nacimiento de un océano totalmente nuevo en los próximos millones de años.
Hace apenas unos días, en efecto, investigadores del Centro de Geociencias de la Universidad de Postdam anunciaban en Nature Communications el descubrimiento de que la microplaca Victoria, que se encuentra en medio de las ramas este y oeste del rift, ha estado girando en sentido antihorario durante los dos últimos años con respecto a la gran placa africana, la placa tectónica que da forma a la mayor parte del continente negro. La microplaca Victoria, pues, rota en la dirección contraria a la que lo hacen todas las demás microplacas de la región.
África
El hallazgo ha dado a los investigadores una perspectiva totalmente nueva sobre el proceso de división del rift de África Oriental. De hecho, su atención se centra ahora en el extremo en forma de “Y”, que es donde probablemente se terminará por formar el nuevo océano.
Esta unión en forma de “Y” es la zona donde las placas tectónicas africana, al este, somalí, al sur, y árabe, al norte, se encuentran. Toda la región, cerca de Djibouti y Eritrea, está asociada a volcanes activos, entre ellos el ya citado Erta Ale.
Según los investigadores, toda esta actividad volcánica está impulsando una “transición de grieta a cresta“. Erta Ale, por ejemplo, lleva en erupción constante cerca de 50 años, y se piensa que a medida que ésta continúe dará lugar a una nueva cuenca oceánica.
Si la división continúa, nada podrá evitar allí la formación de un nuevo océano. Aunque a la velocidad actual a la que se está dividiendo la grieta de Afar, se necesitarán aún varias decenas de millones de años.