Se llama contaminación sonora, contaminación acústica o contaminación auditiva a la presencia de ruidos molestos, ensordecedores o contantes, así como a la proliferación simultánea de ruidos excesivos en un área determinada, afectando así de manera negativa la calidad de vida de los seres humanos y los animales.
Si bien el sonido no se acumula y perdura como lo hacen otras formas de contaminación, generando daños a largo plazo, la presencia de contaminantes sonoros tiene un impacto directo e inmediato en la vida a su alrededor.
Ciertos niveles de ruido son inevitables en el modo de vida contemporáneo, producto de actividades industriales, medios de transporte o simplemente de la vida conjunta de miles de personas.
Sin embargo, cuando estos niveles alcanzan magnitudes considerables o son tan numerosos que sobrepasan en conjunto lo que el oído puede tolerar, se consideran una forma de daño físico, emocional y psicológico que requiere medidas. Por eso se le denomina contaminación sonora.
De hecho, existen organismos internacionales que alertan respecto a la paulatina pérdida de la capacidad auditiva del ser humano, y algunos informes de organizaciones como la OMS consideran como el tope límite de ruido tolerable los 70 decibelios (dB), si bien el ideal para el descanso y la comunicación humanas es de 55.
Se estima que unas 80 millones de personas estén expuestas constantemente a ruidos ambientales que superan los 65 dB, según estudios de la Unión Europea de 2005.
Causas de la contaminación sonora
Muchísimas de las actividades humanas contemporáneas están asociadas a la generación de ruido, como son las extracciones industriales; las grandes maquinarias manufactureras; los vehículos de transporte a pequeña, mediana y gran escala; los conciertos musicales; las salas de cine; incluso la presencia simultánea de un gran número de personas en un entorno diminuto puede considerarse una fuente de contaminación sonora.
A pesar de ello, son pocas las medidas que se toman al respecto, y sobre todo los individuos que hacen vida en las grandes ciudades están expuestos a niveles perniciosos de ruido a diario.
Consecuencias de la contaminación sonora
Algunas consecuencias posibles de la exposición constante a niveles elevados de contaminación sonora son:
- Socioacusia. Un daño leve a nuestro sistema auditivo que revela la aparición de un pitido constante luego de haberlo sometido a altos niveles sonoros. Este efecto suele pasar con los días, pero el abuso de estas condiciones conducirá a la disminución de la capacidad auditiva y eventualmente a la sordera.
- Interferencia comunicativa. A mayores niveles de contaminación sonora, más difícil se hace la comunicación oral, ya que nuestros oídos no pueden discernir unos sonidos de otros, sino que el cerebro debe filtrar entre la cantidad de sonidos registrados, la que le interesa.
- Efectos físicos. Más allá del daño auditivo, la exposición a grandes fuentes de contaminación sonora producen efectos fisiológicos determinados, como dilatación de pupilas, aceleración del pulso, incremento de la presión arterial y dolores de cabeza, incremento de la tensión muscular y otros síntomas de estrés.
- Efectos psicológicos. El ruido es altamente dañino para la salud mental y emocional, ya que puede causar insomnio, fatiga, estrés, depresión, ansiedad, irritabilidad, aislamiento y falta de concentración, así como defectos de aprendizaje y comunicación verbal en los niños.
¿Cómo evitar la contaminación sonora?
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El ruido no era considerado un contaminante ambiental hasta recientemente, a pesar de la presencia de grandes desarrollos industriales en diversas regiones del mundo. Desde el inicio del milenio (año 2000), numerosas organizaciones y Estados se han puesto de acuerdo para gestar una legislación en torno al ruido, lo cual ha conducido a la aparición de normativas y códigos legales para proteger a la gente del ruido excesivo.
Sin embargo, muchas de las medidas contra el ruido siguen siendo particulares. En ambientes de alta presencia de ruido las empresas deben brindar a sus empleados equipos de protección auditiva y deben emplear materiales aislantes para impedir que las ondas sonoras se esparzan fuera del recinto, así como aislar las operaciones industriales para alejarlas de los lugares donde la gente vive.
Por otro lado, el uso de tapones para los oídos y de barreras acústicas en los hogares es una práctica en auge en diversas regiones del mundo.
Ejemplos de contaminación sonora
Algunos ejemplos de contaminación sonora o auditiva son:
- Despegue de aviones en aeropuertos, y presencia de otros vehículos a combustión como motocicletas sin filtro en el escape.
- Conciertos y otros eventos al aire libre dotados de parlantes a volumen excesivo.
- Operaciones industriales o de arreglo de calles (taladros hidroneumáticos) en plena ciudad.
- Instalaciones eólicas en los campos (suelen producir ruidos al girar las aspas).