Ocho años después de su última actualización sobre la ciencia del clima, Naciones Unidas publicará el lunes un informe que probablemente contenga advertencias aún más severas sobre la rapidez con la que se está calentando el planeta y de lo perjudiciales que pueden ser sus efectos.
Desde el último dictamen del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en 2013, tanto las emisiones de gases de efecto invernadero como la temperatura promedio mundial no han hecho más que aumentar.
El nuevo documento pronosticará cuántas emisiones más se pueden bombear a la atmósfera antes de que la temperatura promedio mundial aumente más de 1.5°C. Ese presupuesto de carbono puede servir de guía a los gobiernos a la hora de trazar sus planes de reducción de emisiones antes de la conferencia de la ONU sobre el clima que se celebrará en noviembre.
Los científicos afirman que el mundo debe reducir las emisiones globales a la mitad para 2030 y bajarlas a cero en 2050, de lo contrario, podría provocar impactos catastróficos en todo el planeta.
Pero el cambio climático ya está provocando desastres. Casi todos los glaciares del mundo se están derritiendo más rápido. Los huracanes son más fuertes. Este mismo año, unas lluvias sin precedentes han provocado inundaciones en partes del centro de China y de Europa, mientras que los incendios forestales están arrasando Siberia, el oeste de Estados Unidos y el Mediterráneo.
Y aunque en 2013 se afirmaba que era «extremadamente probable» que la industria humana estuviera causando el cambio climático –lo que sugiere que los científicos tenían al menos 95% de confianza en esa afirmación–, el informe de este año probablemente utilizará un lenguaje aún más fuerte.