Aunque podría ser un evento aleatorio y no consecuencia del cambio climático, los polos de la Tierra experimentan temperaturas extremas anormales.
Así, por ejemplo, en regiones de la Antártida se superan los 40°C.
En tanto, la base franco-italiana Concordia, localizada en el Domo C de la meseta antártica, a más de 3 mil metros de altitud, reconoció hace unos días un calor de 11,5 grados C bajo cero, lo que significa un récord que no se había visto desde el pasado 17 de diciembre de 2016.
Etienne Kapikán de “Méteo-France”, el Servicio Metereológico Nacional de Francia, dio a conocer los datos comparativos mediante Twitter sobre cómo en un par de años ya se registró una nueva cifra que podría ser alarmante.
“En la base Concordia, la temperatura máxima final para el 18 de marzo es -11,5 °C, un récord absoluto para todos los meses combinados, superando los -13,7 °C del 17 de diciembre de 2016. El récord mensual fue superado por más de 16 grados (-27,9°C, 12 de marzo de 2013)”, dice el tuit de Etienne.
Por otro lado, el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo en Boulder, Colorado, destacó lo inusual que son estas temperaturas a mediados de marzo, principalmente después de que el centro registrara que las zonas cercanas al Polo Norte se acercaban a su punto de fusión.
“Tienen estaciones opuestas. No ves a (los polos) Norte y Sur derritiéndose al mismo tiempo… Definitivamente se trata de un acontecimiento inusual”, dijo el científico Walt Meier a The Associated Press.
Otras regiones del mundo también experimentan extraños niveles de temperatura; un ejemplo es el Ártico, que se calienta dos o tres veces más rápido que el resto de diferentes partes en el mundo y es considerado una zona vulnerable al cambio climático.
En enero pasado, la NASA dio a conocer que en Groenlandia se perdieron alrededor de 4 mil 7000 icebergs de hielo en los últimos 20 años. Los científicos advirtieron en ese momento la aceleración del calentamiento global.
