Tierra

Los gorilas también adoptan a crías huérfanas como los humanos, revela un estudio

Un lomo plateado alfa moribundo fue abandonado por su familia. Dos hembras gorilas adultas lo dejaron a su suerte en medio de las montañas de selva húmeda, a pesar de ser su pareja. A su partida, sus crías también fueron olvidadas con apenas semanas de haber nacido. Las probabilidades de que sobrevivieran eran mínimas: no contaban con los recursos para alimentarse por su cuenta.

No sólo eso. Es común que, entre estos primates mayores, los grupos sean territoriales y violentos entre sí. Los bebés que son dejados atrás generalmente mueren a manos de otros machos alfa. Por esta razón, el equipo de investigadores encargados de monitorear su comportamiento temía por el destino de los recién nacidos. Cuando un ejemplar masculino se acercó a ellos, los científicos esperaron lo peor.

La sorpresa fue rotunda cuando el gorila macho, llamado Kubaha, tomó a los bebés encima de su lomo y los llevó a su propio nido a descansar. No sólo eso. Los bañó y se encargó de cuidarlos, como si fueran sus propios hijos. Este comportamiento no es habitual en este tipo de primates mayores.

De acuerdo con la primatóloga Tara Stoinski, científica en jefe de Dian Fossey Gorilla Fund, el acontecimiento fue conmovedor. “Los dejó dormir en su nido y trepar sobre él como un gimnasio en la jungla”, recuerda con ternura para Science Mag. Así comenzó la crianza adoptiva de esta camada de crías huérfanas.

Entre otros primates se ha observado que esta práctica es común. Existen casos numerosos de adopción entre bonobos y chimpancés, que obedecen este comportamiento de inclusión familiar. El caso de los gorilas es diferente: territoriales, e incluso violentos, admiten poco contacto con otros individuos ajenos a su manada. Por esta razón, la actitud maternal de Kubaha fue notable. Nunca antes se había visto algo así en un macho con estas características.

La voluntad de Kubaha por ser un papá adoptivo es, a lo menos, infrecuente entre los gorilas de montaña. Cuando los ejemplares jóvenes pierden a sus madres, tienden a morir solos y a perder su jerarquía social en el resto de la manada. Esto es así porque los demás tienen que hacerse cargo de su bienestar.

Los roles sociales son importantes para la especie. Los machos nunca se encargan de cuidar y criar a los bebés. Son ellas quienes los alimentan, limpian y juegan con ellos. Por el contrario, los machos son generalmente muy excluyentes, y defienden a la manada de amenazas potenciales. Parece ser que todo esto tiene sin cuidado a Kubaha, quien se ha dedicado a velar por el bienestar de sus nuevos hijos adoptivos.

Su comportamiento fue tan notable, que el estudio realizado en torno a su caso ha sido descrito como “fantástico”, dice la primatóloga de Duke Anne Pusey, a pesar de no haber formado parte del trabajo. Kubaha cambió el destino de sus crías adoptivas, quienes seguramente habrían muerto en manos de otros machos si no los hubiera tomado como sus propios hijos.

La ecóloga conductual de Duke, Susan Alberts, se mostró particularmente sorprendida: “Los primates no humanos a menudo son realmente buenos padres“, enfatiza. “Esto demuestra que el cuidado paterno es muy profundo en nuestro linaje de primates”.

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