Fuego

Los árboles tienen que vencer al calor extremo que trajo el cambio climático para sobrevivir

Agujas doradas cubren el suelo y se pegan al cabello de Greg O’Neill como brillantes luces amarillas mientras se abre paso por una arbolada de alerces altos y elegantes en el valle de Okanagan, en Columbia Británica, Canadá.

“UN ÁRBOL HERMOSO», COMENTA. «ES UNA ESPECIE ORGULLOSA. CUANDO ENCUENTRA SU LUGAR IDEAL, CRECE EN ABUNDANCIA”.

Pero el “lugar ideal” para muchos árboles aquí, y en cualquier otro sitio, cambia a medida que el clima de la Tierra se calienta. De hecho, estos alerces abundantes no brotaron de sus árboles padres en este valle, ni siquiera en este país. Vinieron de Idaho, Estados Unidos, 457 kilómetros al sur, donde sus ancestros se adaptaron a condiciones que ahora son comunes aquí: veranos más cálidos, inviernos ligeramente más cortos y patrones de lluvia distintos.

Son parte de un experimento diseñado para dar respuesta a una interrogante cada vez más urgente: ¿cómo podemos ayudar a los bosques a que se adapten al ritmo del cambio climático causado por la actividad humana?

Los árboles no pueden caminar

árboles cambio climático
Fotografía: David Guttenfelder

En lotes como este, desde el norte de California hasta el territorio del Yukón, O’Neill –un científico forestal del gobierno de Columbia Británica– y sus colegas han sembrado plántulas de alerces y otras especies recolectadas de bosques a lo largo de la costa occidental para probar la teoría de la migración asistida. Quieren ver qué tan lejos y rápido necesitan mover a las poblaciones de árboles hacia el nortepara seguir el ritmo del cambio climático.

EL PROBLEMA ES SENCILLO, EXPLICA CUAUHTÉMOC SÁENZ ROMERO, INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO, EN MÉXICO. “EL CLIMA SE PUEDE MOVER… PERO LOS ÁRBOLES NO PUEDEN CAMINAR”.

Desde finales del siglo XIX, cuando los seres humanos comenzaron a quemar combustibles fósiles y a lanzar grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, las temperaturas promedio del mundo han aumentado alrededor de 1.1°C. Si la tendencia actual de emisiones continúa su trayectoria, podrían subir al menos un grado más en la próximas décadas.

Los retoños persiguen sus climas preferidos

En todo el mundo, los bosques pueden expandir su rango hasta cerca de 900 metros cada año, pues a menudo los retoños persiguen sus climas preferidos hacia los polos o cuesta arriba. Para mantener el ritmo con el cambio actual necesitarían ir de seis a 10 veces más rápido. Hoy día, en Columbia Británica, la disparidad es aún mayor: una investigación de 2006 sugiere que las zonas climáticas de la provincia se moverán hacia el norte a una velocidad de casi 10 kilómetros por año.

Para un lugar como Columbia Británica, donde los bosques cubren casi 60 % de la provincia y son la columna vertebral de su economía e identidad cultural, un ecosistema incompatible con el clima representa una amenaza existencial. Un árbol inadecuado –cuya genética sea acorde a una realidad climática diferente– es más susceptible a los desastres climáticos, las enfermedades y las plagas.

A principios del siglo XXI, esto se convirtió en realidad. Años de sequías debilitaron muchos árboles. Los inviernos más templados permitieron que el escarabajo del pino de montaña se esparciera hacia el norte. Decenas de millones de árboles murieron cada año entre 1999 y 2015. Una temporada récord de incendios forestales en Columbia Briánica en 2003 arrasó con más de 2 600 kilómetros cuadrados de bosque ya muerto por los escarabajos y las sequías.

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