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Las selvas tropicales ayudan a estabilizar el clima

Las selvas tropicales ayudan a estabilizar el clima del mundo al absorber dióxido de carbono de la atmósfera. Los científicos han demostrado que el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera de las actividades humanas está contribuyendo al cambio climático. Por lo tanto, las selvas tropicales vivas tienen un papel importante en la mitigación del cambio climático. Pero cuando las selvas tropicales se talan y se queman, el carbono almacenado en su madera y hojas se libera a la atmósfera, lo que contribuye al cambio climático.

Las selvas tropicales también afectan las condiciones climáticas locales al generar lluvias y moderar las temperaturas.

Selvas tropicales y lluvia

Las selvas tropicales contribuyen a la lluvia a través de la transpiración, que es el proceso de movimiento del agua a través de una planta y su liberación al aire a través de hojas, tallos y flores. Las plantas liberan agua como subproducto de la fotosíntesis.

El agua liberada por las plantas contribuye a la humedad local o la humedad del aire. Debido a que un bosque se compone de una gran cantidad de árboles, el volumen de agua liberado a través de la transpiración puede contribuir a la formación de nubes de lluvia, lo que resulta en lluvias. Las selvas tropicales muy grandes, como el Amazonas, pueden generar lluvias en áreas muy grandes. Según una estimación, el Amazonas es responsable del 70% de las precipitaciones en el sur de Brasil.

Selvas tropicales y temperatura local

Los bosques tropicales pueden tener un efecto de enfriamiento localizado al aumentar la humedad a través de la transpiración y contribuir a las corrientes de viento. Además, la sombra del dosel del bosque puede resultar en temperaturas dramáticamente más frías en comparación con las áreas expuestas a la luz solar directa. De hecho, una de las principales quejas de la población local tras la deforestación es el aumento de la temperatura local.

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