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La sed imparable de arena: la gente pierde sus playas y la naturaleza, su protección

¿Hay suficiente arena en el desierto? Sí, pero no sirve para la construcción: incluso los países del Medio Oriente importan arena de medio mundo. ¿Hasta cuándo?

La demanda de arena para la construcción crece más rápido que la oferta. Esto está obligando incluso a los países de Oriente Medio a importar de Australia o Canadá, perjudicando a las personas y a la naturaleza.

Se utiliza para fabricar el hormigón de nuestras casas, el asfalto de nuestras carreteras, el cristal de nuestras ventanas y el silicio de los chips de nuestros teléfonos móviles. La arena es el material más utilizado en el planeta y un componente esencial de la vida moderna. Pero cada vez es más escaso y nadie sabe exactamente cuándo se agotará.

El negocio global de la arena es mucho más turbio que el de otras materias primas. Un informe de 2019 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) tuvo que basarse en datos del sector del cemento para llegar a la cifra aproximada de 50.000 millones de toneladas de arena al año. Mezclada con cemento y grava, se utiliza para fabricar hormigón. Los científicos dicen que estas cantidades no son confiables.

«El problema central es que no entendemos el material lo suficientemente bien», dice Louise Gallagher, del Observatorio Global de Arenas de Ginebra, una de las autoras del informe. «Todavía sabemos muy poco sobre las consecuencias de la extracción de arena. A veces ni siquiera sabemos de dónde viene, cuánto viene de los ríos. No tenemos ni idea».

Extracción de arena le quita el sostén a riberas y playas

Sin embargo, lo que sí saben los expertos es que la extracción de arena destruye los hábitats, contamina los ríos y erosiona las playas y riberas, que pierden su sostén. El problema se agrava cuando las represas situadas aguas arriba impiden que los nuevos sedimentos se vuelvan a depositar aguas abajo.

«Hay muchas otras consecuencias que no se están teniendo en cuenta», dice la investigadora independiente Kiran Pereira, quien ha escrito un libro sobre cómo salir de la crisis de la arena. Las consecuencias negativas «definitivamente no se reflejan en el costo de la arena».

Muchas de las consecuencias no son visibles de inmediato. Por eso es tan difícil evaluar adecuadamente la situación, explica Stephen Edwards, director de la investigación sobre la industria extractiva en la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

La extracción de arena en la India ha llevado al cocodrilo gavial del Ganges al borde de la extinción, según un artículo publicado en la revista Nature, en 2019. Menos de 250 de estos ranimales viven ahora en estado salvaje. Y en el río Mekong, que atraviesa seis países del sudeste asiático, la extracción de arena está desestabilizando cada vez más las orillas, hogar de medio millón de personas.

La arena es omnipresente, pero a menudo ignorada, agrega Chris Hackney, geógrafo de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, y coautor del artículo de Nature, quien resalta que pocos consideran la arena como la materia prima más importante del planeta.

La sed imparable de arena de China y la India

A pesar de estar en el desierto, países como Arabia Saudita importan arena de Canadá o Australia. El rascacielos Burj Khalifa, de los Emiratos Árabes Unidos, de 830 metros de altura, se construyó con arena importada del otro extremo del mundo.

La razón: la arena del desierto no tiene prácticamente ningún valor para la industria de la construcción. Cuando el viento sopla sobre las dunas, los granos de arena se alisan, mientras la arena angular de ríos, playas o el fondo marino tienen más agarre. Sólo esta arena tiene la fricción que requiere el hormigón.

La mayor demanda de arena procede de China. El país produjo más cemento en los tres años que van de 2011 a 2014 que Estados Unidos en todo el siglo XX. Se prevé que India, segundo productor de cemento, supere a China como país más poblado del mundo en 2027. Cada vez más personas de Asia y África se trasladan a las ciudades, y la población mundial crecerá hasta los 10.000 millones a mediados de siglo. Esto también aumentará la demanda de arena.

Islas artificiales en Dubai, construidas con arena ajena. Vista desde el espacio.

Y no sólo para la producción de hormigón. Los Países Bajos, por ejemplo, dragaron unos 20 millones de metros cúbicos de arena del fondo marino en 2011, para construir barreras naturales a lo largo de la costa y protegerla de la erosión y los efectos del calentamiento global.

Singapur ha ampliado su superficie en una cuarta parte en los últimos cincuenta años, mediante la construcción de islas artificiales. La arena para estas islas se importó de Camboya, Vietnam, Indonesia y Malasia. Y la arena para las islas artificiales en forma de palmera de Dubai, se sacó a la superficie desde el fondo del Golfo Pérsico.

La mafia de la arena

Según la Red de Asia Meridional sobre Presas, Ríos y Pueblos, un grupo ecologista con sede en Delhi, 193 personas murieron en la India en los dos últimos años en el submundo de la extracción de arena, por malas condiciones de trabajo, violencia o accidentes.

Para resolver la crisis de la arena, los expertos piden una mejor regulación del sector, medidas más duras contra la corrupción y un control global de la extracción de arena. Algunos estudian la posibilidad de utilizar la abundante arena del desierto como material de construcción. Esto implica calentarla y procesarla mecánicamente, pero el proceso debe ser más eficiente para reducir los costes y permitir su uso práctico.

Fuente: www.dw.com

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