Esta especie invasora entró en España en el año 2010 y desde entonces se ha establecido por todo el norte peninsular. ¿Por qué ha saltado la alarma?
La avispa asiática ha ido cobrando protagonismo en los últimos años y es frecuente encontrarse, de cuando en cuando, con titulares que nos hablan de personas fallecidas a consecuencia de su picadura. Este hecho, unido al carácter depredador de la especie, que literalmente decapita a las abejas para quedarse con sus partes más nutritivas (abdomen y tórax), ha contribuido a que la avispa asiática ocupe el papel de invasora asesina en el imaginario colectivo. En este artículo vamos a hablar de esta especie, de cómo se ha instalado en nuestro territorio y de cuáles son las amenazas reales que su llegada supone para la salud, la economía y los ecosistemas.
¿Cómo es la avispa asiática?
La avispa asiática o vetulina (Vespa velutina ssp. nigrithorax) es un himenóptero originario del sudeste asiático de un tamaño similar al avispón europeo (Vespa crabro) pero que se puede reconocer con facilidad ya que presenta un aspecto más oscuro que los otros avispones presentes en Europa: su cuerpo es su mayor parte negro y marrón oscuro, con escasos dibujos amarillos y anaranjados.
Construye grandes nidos sobre las copas de los árboles, aunque también se han detectado en construcciones abandonadas, en zarzas e incluso, muy ocasionalmente, enterrados en el suelo. Se trata de nidos grandes, de hasta un metro de altura, pero que se pueden confundir igualmente con los de las avispas autóctonas de nuestro país.
La avispa asiática fue detectada por primera vez en Francia en el año 2006, país al que probablemente llegó por una importación accidental desde China a través del comercio. En España la primera cita procede de 2010 en la comarca navarra del Baztán, y desde entonces se ha ido extendiendo por el tercio norte de la península.
Animación de la invasión de la avispa asiática en España. Fuente: José Luis Ordóñez
¿Qué impactos produce?
Vespa velutina se incluye en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y las consecuencias de su establecimiento en España son ecológicas, económicas y sobre la salud humana. Sin embargo, es necesario destacar que la avispa asiática no es más peligrosa que sus homólogas europeas: la mayoría de las personas que desafortunadamente han fallecido por una de sus picaduras eran alérgicas y, como nos explica el experto en invasiones biológicas e investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF, Barcelona) Joan Pino: “al ser un poco más grandes su carga de veneno también es un poco mayor, pero son igual de agresivas que el resto de avispas. Muertes por picadura de avispón asiático hay y seguirá habiendo, igual que también hay varios fallecimientos cada año por ataques de otras avispas”.
Con respecto a los impactos económicos, el principal problema es que durante la época de verano, en la que tiene que alimentar a las crías, la vetulina se convierte en un depredador especializado de abejas melíferas. Sin embargo, es muy difícil, de momento, cuantificar el alcance de estos impactos sobre el sector apícola. “Todavía cuesta encontrar datos fiables sobre este tema”, nos explica Pino. “El mundo de la apicultura está sometido a fuertes vaivenes económicos debidos a factores diversos, algunos globales como la importación de mieles de baja calidad desde otras partes del mundo, y otros locales como las plagas. En este sentido, hay otra invasión que fue la de los ácaros del género Varroa (que provocan la varroasis) que ha causado grandes pérdidas en los apicultores, en los años 90 esta enfermedad causó prácticamente la extinción de las abejas asilvestradas. Y a todo esto hay que sumar los pesticidas, los efectos del cambio climático, etc.”.
Otro de los problemas a los que se refiere el investigador radica en la ambigüedad del término ‘mortalidad’ cuando hablamos de animales como las abejas: “hablar de ‘mortalidad’ en abejas es difícil porque el individuo es la colonia. Podemos entenderlo mejor con el símil de un árbol: un panal sería como un árbol que cuántas más ramas – abejas- tiene, más grande es. Si mueren ramas – abejas-, el árbol – panal- se hará más pequeño, producirá menos…y en caso extremo se llega incluso a la muerte de la colona”.
Por otro lado, y como suele suceder con las especies invasoras, también hay que considerar el impacto ecológico de la avispa asiática: esta especie no solo depreda sobre la abeja doméstica (Apis melífera) sino que también incluye en su dieta a otros polinizadores y especies de insectos silvestres (libélulas, arañas, mariposas, moscas, orugas, etc.). Nuevamente, cuantificar estos impactos es complejo y hay que tener en cuenta la evolución y adaptación del propio ecosistema a la llegada del invasor. “Cuando hay una introducción de una especie exótica en un ecosistema se produce lo que llamamos la ‘liberación de enemigos’, es decir, esta especie llega sin sus competidores y depredadores habituales, lo que puede desembocar en una gran expansión e incluso en el desplazamiento de otras especies”, nos explica Pino. “Esto es lo que ha pasado con la avispa asiática, pero también se dan otros impactos positivos, porque determinadas especies se están acostumbrando a depredar sobre la avispa asiática, por ejemplo el halcón abejero. En algunas zonas como en Galicia incluso se han atrevido a dar cifras estimadas de más de 20 000 nidos liquidados en 2019 por esta rapaz. Aves como el abejaruco, que tiene muy mala fama entre los apicultores puesto que depreda sobre las abejas, también se están acostumbrando a incluir a la vetulina en su dieta. En definitiva, que la comunidad de depredadores empieza a tomar esta especie como un nuevo recurso interesante. A la larga, esta situación privilegiada de no tener enemigos se va aplacando, con lo cual yo apostaría, a grandes rasgos y en el futuro, por una cierta disminución o estabilización de la población de avispa asiática”.
¿Cómo frenar o prevenir la expansión de la avispa asiática?
Desde su llegada en 2010 hasta el momento actual, el avance de la vetulina por el territorio ha sido imparable, y se ha establecido especialmente en el tercio norte de la península, ya que su clima húmedo con temperaturas suaves cumple con los requerimientos ecológicos de la especie. “Las zonas con un clima más continental, por ejemplo Aragón, están relativamente más protegidas de la avispa”, nos explica Pino, “y cuanto al sur y al mediterráneo veremos qué pasa, podría haber un proceso de adaptación local a estas condiciones, y eso sería muy dañino, porque son zonas con más producción apícola. Aunque de momento la expansión es más lenta”.
La lucha contra la avispa asiática es complicada: hablamos de un insecto con una gran capacidad de reproducción y dispersión de nuevas fundadoras de colonias que además puede volar varios kilómetros en un día. “Una vez ha llegado a un territorio, es muy difícil controlar a un insecto invasor, porque además las trampas son muy poco específicas y también pueden atrapar a otras especies autóctonas”, nos explica el experto. La Estrategia de gestión, control y posible erradicación del avispón asiático, publicada en 2015 por el entonces Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se centra en la prevención de su llegada y expansión en lugares donde no está asentada en la actualidad y, en las zonas en las que ya está establecida, minimizar sus daños a las poblaciones y a las explotaciones apícolas. “Aunque sea difícil controlar la expansión de la avispa asiática, podemos y debemos actuar a nivel local”, explica Pino. “Hay que retirar los nidos de las zonas habitadas para proteger a la población humana y, por otro lado, establecer medidas de apoyo locales al sector agrícola”.
Fuente: www.muyinteresante.es