El 6 de junio de este año se celebrará en México la elección más grande de la historia, considerada así por que al mismo tiempo se renovarán 15 gubernaturas, 500 integrantes de la Cámara de Diputados, 30 congresos locales, autoridades municipales de 30 estados, que incluyen a mil 900 ayuntamientos y juntas municipales. De ese tamaño la elección en la que pueden participar 94 millones de ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral.
Con el inicio de las elecciones, llega también una oleada de propuestas de los distintos partidos políticos y candidatos que compiten por los distintos cargos de elección popular, muchas de las cuales no siempre están bien fundamentadas ni basadas en la mejor información técnica y científica disponible.
El agua y su problemática siempre ha sido una tentación a la hora de las promesas de campaña: “vamos a acabar con la escasez”, “el agua no se va a cobrar”, “todos los ciudadanos tendrán agua”, “defenderemos el agua de la gente”, etc. Lamentablemente, dichos planteamientos difícilmente van acompañados de una propuesta seria, estudiada o documentada, que perfile una posible atención de fondo a la problemática que se alude.
Lo anterior es un tema menor, dado que se está jugando con las expectativas y necesidades de la ciudadanía, especialmente de los sectores más vulnerables que padecen de la falta de acceso seguro y continuo a este recurso.
La emergencia actual por la sequía que abarca ya el 84% del territorio aparejada a la problemática de las presas, como las del Sistema Cutzamala que no se llenaron durante la temporada de lluvias y se encuentran a 44% de su capacidad, la desertificación de lagos, como el de Cuitzeo, la necesidad de acceso al agua de las personas para atender los retos de la pandemia y, reflejan que no hay margen para banalizar con el tema del agua.
Asimismo, la falta de acceso de cerca de 10 millones de mexicanos, el crecimiento urbano desordenado, la falta de ordenamiento territorial, los efectos del cambio climático en los recursos hídricos -reflejados en inundaciones y sequías-, la contaminación, la deforestación y afectación de las fuentes de agua, entre otros factores están provocando, cada vez más, tensiones entre los distintos usuarios y grupos sociales por la necesidad de acceder a este vital recurso, y generando afectaciones al desarrollo social y económico del país.
Que la agenda del agua tenga una presencia relevante en las propuestas de partidos y candidatos siempre será positivo y necesario. Como se describió anteriormente, sin duda se trata de uno de los retos más grandes que enfrentan el país y sus distintas regiones y localidades.
Sin embargo, resulta fundamental que todas estas propuestas vayan acompañadas de fundamentos técnicos e información apropiada, que describan con claridad el problema que buscan atender y cómo se resolvería.
Por tanto, resulta indispensable que los distintos sectores de la sociedad y la ciudadanía en general se informen debidamente y exijan a los candidatos electos rendición de cuentas en función de sus promesas de campaña y den seguimiento a las iniciativas y acciones que formulen en el marco de su actuación, ya sea en el ámbito del Poder Ejecutivo o del Poder Legislativo.
Es esencial cuidar, que en lo futuro, el tema del agua no sea utilizado para fines políticos y electorales. La complejidad del tema y la problemática a la que nos enfrentamos, requiere acciones de fondo, planes. Proyectos bien planeados con visión de largo plazo, y una toma de decisiones debidamente informada.
La urgencia es real y el momento crítico es ahora. Por ello, los Gobernadores, Diputados Federales, Presidentes Municipales y demás actores políticos que resulten electos, deberán tomar el tema con la seriedad que se requiere, mientras que la ciudadanía y los distintos sectores, deberán estar atentos a su seguimiento y velar por una adecuada rendición de cuentas en todo momento.