Tierra

Flor de Alcatraz: cuidados para mantenerla bella

Te cuento que tengo una planta de alcatraces que hasta hace poco era mi orgullo. Cada semana me daba unas 20 flores hermosas con las que adornaba mi casa. Me encanta mi planta, pero de pronto las flores dejaron de crecer y se secaron, como si estuvieran quemadas. ¡Ayuda!

Cuidados generales de los alcatraces

También llamada Cala, Aro de Etiopía, Lirio de cala, Cartucho o Lirio de agua, esta flor, originaria de África, es muy popular por su hermosura, pero también porque es muy resistente. Para que esté bella todo el tiempo, ten en cuenta lo siguiente:

Luz:

Trata de que no esté bajo el sol directo porque puede quemar sus hojas. Encuentra un lugar donde tenga un poco de sombra o que la luz que reciba sea indirecta. Sí requiere mucha iluminación, pero no todo el día. La menor intensidad de la luz en ambientes interiores produce una menor floración y mayor desarrollo de las hojas. Al ser una planta semi acuática puede ser cultivada en maceta, manteniéndola parcialmente sumergida en agua.

Temperatura:

Resisten bien los climas cálidos y fríos inviernos pero no las temperaturas extremas. Cuando el clima es muy caluroso se resienten y no superan las heladas.  Si la tienes en maceta no te arriesgues y métela a tu casa. Es recomendable colocar en invierno un acolchado para protegerla.

Riego:

Debe ser abundante y reducido paulatinamente con la llegada del otoño. Es una buena planta para principiantes que gustan de regar mucho. Ojo, la flor de alcatraz se riega mucho cuando está en crecimiento o en floración pero después llega un periodo de reposo en el que se debe mantener seca. Las hojas se marchitan y es normal. Cuando aparezca un nuevo follaje vuelve al riego abundante.

Abonado:

El suelo de tu flor de alcatraz debe ser normal de jardín enriquecido con fertilizante orgánico. Es bueno abonarlo cada 15 días en época de floración. Corta las flores marchitas para favorecer la floración.

Plagas y enfermedades

No se ve afectada normalmente por plagas, muy rara vez pueden llenarse de caracoles que se ven atraídos por la humedad o por pulgones o áfidos, insectos diminutos (pueden ser verde, café o negros) que succionan los tallos y brotes jóvenes para extraer savia. Esta plaga atrae a las hormigas (por el azúcar de la savia) y produce el desarrollo de un hongo llamado fumagina (polvo negro) que hace que los brotes y tallos se enrollen o deformen.

Revisa los bulbos, si son pocos los afectados, arráncalos de raíz para evitar que se contagien los demás.

Si toda la planta está infestada puedes aplicar algún insecticida ecológico:

Infusión de cebolla:  

 Pica una cebolla mediana por cada litro de agua. Hierve por cinco minutos, deja enfriar y aplica directo a la planta.

Infusión de ajo:

Hierve un litro de agua con 5 dientes de ajo machacados durante media hora. Deja enfriar, cuela y pulveriza el agua sobre las plantas.

Infusión de saúco: 

Hierve 500 gramos de saúco por cada tres litros y medio de agua durante media hora a fuego lento. Deja reposar durante 15 minutos y luego cuela. Pulveriza el agua sobre las plantas.

Infusión de cilantro:

Hierve en partes iguales agua y cilantro por 10 minutos, deja reposar una hora, cuela y listo. Potencia el efecto si agregas 10 ml de jabón neutro por cada litro de agua.

Infusión de cáscara de naranja: 

Esta fruta contiene pesticidas naturales que repele insectos. Hierve dos vasos de agua por cada naranja mediana y deja reposar un día. Añade jabón neutro para potenciar su efectividad.

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