El hallazgo de huevos sin eclosionar de una tortuga prehistórica gigante ocurrió por error en una granja china.
Un granjero de la provincia de Henan, en el centro-norte de China, empezó su jornada laboral como lo hacía siempre. Desde temprano bajó a trabajar el campo. Entre la tierra de las parcelas, encontró con una serie de piedras redondas que le llamaron la atención. Después de reportarlas a las autoridades locales, un par de paleontólogos de la Universidad de Geociencias de China en Wuhan llegaron al sitio. El hombre nunca se imaginó que, entre sus manos, tenía huevos fosilizados de una tortuga prehistórica.
Fósiles completamente redondos
Cuenta la leyenda local que, justamente en la provincia de Henan, se originó la civilización china hace miles de años. Incluso antes que ellos, una población rica de reptiles dominó esa región del país. Prueba de ello son los fósiles completamente redondos localizados en una granja local, en las cercanías del condado de Neixiang.
Esta comunidad es reconocida en todo el mundo por ser rica en huesos de dinosaurio. No es la primera vez que se hace un descubrimiento similar. Por el contrario, se han exhumado fósiles enteros de especies gigantescas, que habitaron el ecosistema hace millones de años. Nunca antes, sin embargo, se habían encontrado huevos de animales prehistóricos.
Según National Geographic, los huevos de tortuga prehistórica de Henan tienen «el tamaño y la forma de una bola de billar«. A los paleontólogos Han y Jiang, que trabajan en la Universidad de Wuhan, los fósiles les resultaron extraños. No se parecían a los de ninguna otra especie que hubieran analizado antes.
Al llevarlos a analizar de vuelta al laboratorio de Geociencias, se dieron cuenta de que tenían consigo los restos fosilizados de crías de una tortuga prehistórica gigante. El caparazón de un ejemplar maduro podría llegar a medir lo que una persona adulta. Conocidas como nanhsiungchelyids, podría tratarse la especie terrestre más grande conocida por la ciencia hasta ahora.
Embriones sin eclosionar
Al interior de los huevos, los paleontólogos encontraron restos de embriones perfectamente conservados, todavía sin salir del cascarón. Los resultados fueron publicados en Proceedings of the Royal Society B, y sugieren que la especie habitó la región centro de China durante el Cretácico, entre 145 y 66 millones de años atrás.
«Estas no eran tortugas pequeñas de ninguna manera», enfatiza Darla Zelenitsky, autora principal del estudio. Los hallazgos son notables ya que es muy poco frecuente encontrar embriones de dinosaurios. Esto se debe a que los tejidos y los huesos todavía son muy delicados, por lo que tienden a descomponerse con facilidad. No fue el caso de los huevos encontrados en Neixiang.
Este hallazgo, por tanto, arroja nueva luz sobre el árbol filogenético de las tortugas asiáticas. Específicamente, revelaron nueva información sobre sus formas de animación antiguas, así como de adaptaciones evolutivas a través de los milenios. Hasta ahora, los paleontólogos que trabajaron con Zelenitsky aseguran que no han habido demasiados cambios. Por el contrario, «el embrión es sorprendentemente similar a las tortugas modernas«, concluyen.