Tierra

En la prehistoria fue un océano, hoy se le conoce como el valle de los cactus

El Área Natural Protegida Valle de Tehuacán-Cuicatlán que fue incluida en 2018 como Bien Mixto en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por su riqueza natural y gran valor cultural, tiene la peculiaridad de albergar cactáceas gigantes en donde alguna vez en la prehistoria formó parte de un océano.

El valle forma parte de una Reserva de la Biósfera que comparten Oaxaca y Puebla.

Es un paisaje tupido de cactáceas gigantes, con vestigios arqueológicos y especies de flora y fauna únicas en el mundo.

La Unesco describe el valle como un “hábitat originario de Mesoamérica” y “la zona árida o semiárida con mayor diversidad biológica de toda América del Norte.

Fue declarado Bien Mixto por su valor natural e histórico, pues aquí se dio la primera domesticación del maíz, según lo comprueban los pozos, presas, canales y acueductos que los arqueólogos consideran los más antiguos de América.

Una de sus presas tiene dos mil 800 años de antigüedad.

También se han encontrado huellas de dinosaurios y pinturas rupestres.
 
El sitio está poblado por los bosques de cactáceas columnares más densos del planeta.
 
En el valle crecen 86 especies de cactáceas y el 11% de ellas son endémicas.

“Hace millones de años, este desierto era un océano. Aún se pueden encontrar fósiles marinos, además de los cactus gigantes  y patas de elefante de dos mil 500 años de antigüedad”.

Las patas de elefante miden entre seis y 12 metros de altura; mientras que las globosas o biznagas viven hasta 500 años y crecen hasta tres metros de alto (en el resto del país no superan el metro y medio), explica  

Ramón Montero, gerente de Ecoexperiencias, una de las touroperadoras certificadas para dar recorridos guiados en el valle.

Los cactus columnares o tetechos (Neobuxbaumia tetetzo) que tupen los valles y las montañas “como si fuesen alfileres clavados en la tierra”, dice Trauwitz, pueden alcanzar los 20 metros de altura.

Tiene una superficie aproximada de 145 mil hectáreas. Abarca Zapotitlán-Cuicatlán, San Juan Raya y Purrón.

Es refugio de 140 especies de aves.

La Reserva de la Biósfera de Tehuacán-Cuicatlán (donde se localiza el valle)  tiene una superficie de 490 mil hectáreas.

De las seis especies de felinos que habitan en México, cinco se han encontrado en la reserva, como el jaguar,  el ocelote y el puma.

Esta área protegida puede alcanzar temperaturas de 40 °C.

México ya suma 35 sitios en la lista del  Patrimonio Mundial, inscritos por la Unesco: 27 culturales, seis naturales y dos mixtos.

De acuerdo con la Agencia EFE, la candidatura mexicana resultó galardonada en la categoría Sitios Mixtos (naturales y culturales), compitiendo con las propuestas Pimachiowin Aki, “La tierra que da la vida”, en Canadá, y el Parque Nacional de Chiribiquete “La maloca del jaguar”, en Colombia.

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