Agua

El Mediterráneo se calienta e impulsa el temor por su futuro

Mientras los veraneantes disfrutan del calor estival en el Mar Mediterráneo, los científicos climáticos advierten de las sombrías consecuencias para la vida marina de un calentamiento impulsado por sucesivas olas de calor.

De Barcelona a Tel Aviv, los científicos reportan subidas excepcionales de temperatura, entre los 3 y los 5 grados Celsius (de 5,4 a 9 grados Fahrenheit) por encima de lo normal para esta época del año. Algunos días, la temperatura de agua ha superado con regularidad los 30 grados Celsius (86 Fahrenheit).

El calor extremo en Europa y otras regiones que rodean el Mediterráneo ha acaparado titulares este verano, pero en su mayoría, el aumento de la temperatura en el mar está fuera del radar.

Las olas de calor marinas provocadas por corrientes oceánicas aumentan las zonas de agua cálida. Los sistemas climáticos y el calor en la atmósfera también pueden aumentar la temperatura del agua. Y como ocurre en tierra, las olas de calor marinas son cada vez más largas, más frecuentes y más intensas debido al cambio climático provocado por el ser humano.

La situación es “muy preocupante”, dijo Joaquim Garrabou, investigador en el Instituto de Ciencias del Mar en Barcelona. “Estamos presionando demasiado al sistema. Debemos tomar medidas sobre las cuestiones climáticas lo antes posible”.

Garrabau forma parte del equipo que publicó hace poco un reporte sobre olas de calor en el Mediterráneo entre 2015 y 2019. El reporte señalaba que estos fenómenos han provocado una “mortalidad masiva” de especies masivas.

Unas 50 especies, como corales, esponjas y algas se vieron afectadas a lo largo de miles de kilómetros de costas mediterráneas, según el estudio, publicado en la revista Global Change Biology.

La situación en la cuenca oriental del Mediterráneo es especialmente sombría.

Las aguas ante Israel, Chipre, Líbano y Siria son “el más caliente de los puntos calientes del Mediterráneo, sin duda”, dijo Gil Rilov, biólogo marino del Instituto israelí de Oceanografía e Investigación Limnológica y uno de los coautores del informe. Las temperaturas medias del mar en verano ahora se mantienen de forma consistente sobre los 31 grados Celsius (88 Fahrenheit).

Este mar cada vez más cálido lleva al límite a muchas especies nativas “porque cada verano se supera su temperatura óptima”, explicó.

Se espera que lo que sus colegas y él presencian ahora en cuanto a pérdida de diversidad ocurra más al oeste del mar, hacia Grecia, Italia y España, en los próximos años.

Garrabou señala que los mares han servido al planeta al absorber el 90% del exceso de calor de la Tierra y el 30% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera por la quema de carbón, petróleo y gas. Este efecto de sumidero de emisiones protege al planeta de unos efectos climáticos aún más duros

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