Tierra

Desde 1993 se ha evitado la extinción de al menos 28 especies

Un nuevo estudio muestra la eficacia con la que las acciones de conservación ralentizan las tasas de extinción, calculando que al menos 28 especies de aves y mamíferos se habrían perdido sin remedio desde 1993 si no hubiese habido intervención humana. El mensaje es claro: con suficiente apoyo, podemos detener la crisis de extinción.

El estudio liderado por científicos de la Universidad de Newcastle y BirdLife International y publicado en la revista Conservation Letters, estima que las tasas de extinción de aves y mamíferos habrían sido de tres a cuatro veces más altas durante ese período, que fue elegido porque 1993 es cuando entró en vigor el Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica. Aunque desde ese año se han extinguido o se sospecha que lo han hecho 15 especies de aves y mamíferos, los investigadores afirman haber podido salvar entre 28 y 42 especies de ambas ramas.

Entre ellos, el lince ibérico, el cóndor de California y el cerdo pigmeo se encuentran entre los animales que habrían desaparecido sin programas de reintroducción, conservación basada en zoológicos y protecciones legales formales. Muchas de estas especies figuran como amenazadas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de Naturaleza (UICN).

21 especies de aves se beneficiaron del control de especies invasoras, 20 de la conservación en zoológicos y colecciones y 19 de la protección de sitios. 14 especies de mamíferos se vieron favorecidos por la nueva legislación y 9 especies de mamíferos por la reintroducción y conservación en zoológicos y colecciones.

Entre ellos se incluye la amazona puertorriqueña, un pequeño loro que se había reducido a solo 13 individuos en estado salvaje en 1975 y que se salvó de la extinción gracias a un programa de reintroducción en un parque estatal de la isla caribeña.

En Mongolia, alrededor de 760 caballos de Przewalski deambulan por las estepas una vez más, a pesar de haberse extinguido en estado salvaje en 1960 gracias también a los esfuerzos de reintroducción.

Un mensaje positivo

Según el científico jefe de BirdLife International, Stuart Butchart, estos datos muestran que los compromisos para prevenir la pérdida futura de especies son «alcanzables y esenciales para mantener un planeta saludable» y dan esperanza para la supervivencia de otras especies también en peligro crítico de extinción.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores convocaron un panel de 137 expertos para analizar datos sobre el tamaño de la población, las tendencias, las amenazas y las acciones llevadas a cabo para las aves y los mamíferos más amenazados del planeta (una larga lista de 17.046 especies de aves y mamíferos). Luego, estimaron la probabilidad de que cada especie se hubiera extinguido en un escenario hipotético en el que no se hubiesen tomado medidas.

A pesar del lado positivo de este estudio, algunas especies experimentaron descensos, como la vaquita marina, una marsopa que se encuentra en el Golfo de California y que está amenazada por la pesca ilegal. No hay que desfallecer. Hemos comprobado que los esfuerzos de conservación pueden funcionar.

El estudio ha llegado en un buen momento, ya que proporcionará pruebas valiosas para respaldar los debates mundiales actuales sobre la diversidad biológica.

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