Aire

Cultivando oxígeno

Cuando los recursos son limitados, hay que agudizar el ingenio, especialmente en un entorno hostil como el espacio. Aunque la Estación Espacial Internacional se reabastece periódicamente mediante naves de carga como la Dragon, los vuelos espaciales del futuro tendrán que ser autosuficientes, y para ello tendrán que reciclar y reutilizar recursos tan preciosos como el oxígeno. Y es precisamente esto es lo que estudiará un experimento que está a punto de comenzar.

Los investigadores van a analizar cómo la fotosíntesis —el proceso mediante el cual los organismos convierten la luz en energía, liberando oxígeno como subproducto— tiene lugar en el espacio. Para ello han cargado la microalga Arthrospira, conocida comúnmente como espirulina, en un fotobiorreactor, una especie de cilindro bañado en luz- y la han enviado al espacio. Con ello se pretende que en la Estación Espacial, el dióxido de carbono se transformará mediante la fotosíntesis en oxígeno y biomasa consumible, como proteínas.

Aunque en la Tierra este es un proceso rutinario, tenemos que comprender cómo funciona en el espacio antes de poder explotarlo. El experimento se desarrollará durante un mes, mientras se mide con precisión la cantidad de oxígeno que producen las algas.

Las microalgas se analizarán en cuanto Dragon regrese a la Tierra en abril, para obtener una imagen más clara de los efectos de la ingravidez y la radiación en las células de estas plantas. Se sabe que la Arthrospira es muy resistente a la radiación, pero tenemos que comprobar hasta qué punto tolera las contingencias del espacio.

El proyecto piloto Artemiss es el primero de su clase, y los investigadores e ingenieros esperan poder continuar desarrollándolo con un estudio mayor que alimente microalgas de forma continua. Este proyecto forma parte a su vez del proyecto Melissa Sistema Alternativo de Soporte Microecológico para la Vida por sus siglas en inglés- una iniciativa que está desarrollando tecnologías regenerativas para el soporte vital fuera de nuestro planeta.

Melissa abarca numerosas actividades tanto en el campo de la investigación como en el de la educación como puede ser el proyecto científico ciudadano AstroPlant, que recopila datos sobre cómo las plantas crecen bajo distintos niveles de luminosidad. Muy pronto dará la bienvenida a otro precursor tecnológico, Uriniss, que estudiará cómo reciclar orina para obtener gas de nitrógeno, energía, potenciales nutrientes para plantas y, por supuesto, agua.

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