Alrededor de dos mil 200 kilos de pirotecnia fueron detonados el pasado sábado de Carnaval durante el Combate Naval en la Avenida Del Mar. Después de 15 minutos de espectáculo de juegos artificiales, lo que queda es basura y años de contaminación, tanto en las playas como en el mar.
Durante el domingo y todavía la mañana de este lunes, varias publicaciones en redes sociales manifestaron la cantidad de residuos que fueron arrojados a la zona de arena después de la quema de pirotecnia y de basura en general luego del primer desfile.
La ambientalista Sofía Trejo señala que el daño que los residuos de pólvora van a generar en este espacio natural perdurará por muchos años, pues además de que posiblemente gran cantidad de ellos ya fueron arrastrados mar adentro al subir la marea, los micro fragmentos, que contiene metales pesados, que quedan en la playa son más difíciles de limpiar.
«El Ayuntamiento manda una o dos personas al siguiente día a recoger lo que queda, lo que ven, lo que alcancen, pero la gran cantidad ya se quedó ahí en pequeños fragmentos, porque a lo mejor recogen lo grande, pero lo micro no se van a poder recoger esos materiales», señaló.
Agregó que es muy triste y lamentable que dependencias como Ecología y la Operadora y Administradora de Playas no se pronuncian al respecto, aunque reconoció que esto sería para ellos ir en contra de las decisiones del presidente municipal.
«Yo no sé cuál es su función finalmente, porque cuando nadan en campaña todo el mundo quería hacer foros ecológicos, todo el mundo estaba interesado en hablar con los ambientalistas de Mazatlán, porque querían hacer una agenda de trabajo, lo que yo dije es que dónde se va a haber realmente su interés va a estar en función del presupuesto que le van a asignar a Ecología y Operadora de Playas y con el presupuesto que les dan apenas se sale para pagar al personal», agregó.
Sin embargo, enfatizó, el recurso económico no es pretexto, pues así como ella y otros activistas más hacen ambientalismo sin presupuesto, solo por el puro interés de preservar los recursos naturales.
«Mazatlán depende económicamente de dos cosas: la pesca y el turismo y lo estamos degradando en el proceso. No estamos valorando los recursos naturales de los que le prendemos para sobrevivir económicamente», enfatizó.
Añadió además que no es necesario retomar como referencia el Carnaval, ya que cada semana se usan los juegos pirotécnicos en varias partes de la playa por diversión, sin que nadie se haga cargo después de levantar los residuos, mucho menos de sancionar.
«Cada semana se usan los juegos pirotécnicos en varias partes de la playa, en establecimientos, restaurantes, hoteles y es lo mismo, no se recogen los residuos, ahí se queda, aquí es más notorio por la gran cantidad que se detonó», añadió.
Trejo considera que es momento de ir evolucionando otras formas de diversión, por ejemplo, en el 2020 durante el Combate Naval se realizó un espectáculo de drones.
Tenemos que ir tomando conciencia ecológica y ver de qué manera nuestras acciones de diversión puedan afectar lo menos posible a nuestro medio ambiente», consideró.
La detonación de pirotecnia en cuerpos de agua aumenta considerablemente los niveles de contaminación, también el ruido y las luces, resultado de los estallidos que se hacen durante largo tiempo y en grandes cantidades, perturba los ecosistemas, según señala la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en un comunicado.
A varios metros de distancia, incluso, se puede percibir el olor que generan la polución de la mixtura de nitratos, sulfatos, percloratos en fórmulas de sodio, cobre, estroncio, litio, antimonio, magnesio, aluminio y el bario.
Neutralizantes, oxidantes y aglomerantes se mezclan en la pirotecnia, además del perclorato de sodio que da propulsión al cohete, los metales pesados que aportan el color y los aerosoles que producen la detonación.
Ya en los aires, esa mezcla libera, entre otros, monóxido de carbono y partículas suspendidas y junto con las emisiones de transportes, fábricas fogatas calentones y quema de llantas o basura genera alta contaminación, escasa visibilidad y sensación de neblina.
Al ser inhalados estos componentes generan graves males respiratorios, ya que entran directamente hasta el fondo pulmonar, pueden causar súbito malestar por envenenamiento e incluso la muerte mientras los metales impactan al sistema respiratorio.
Además, el perclorato de sodio que detona la cohetería cerca de los cuerpos de agua aumenta hasta un millar de veces los niveles normales, daña microorganismos y fauna acuática.
Los más vulnerables ante la pirotecnia son los niños, ancianos, personas con problemas respiratorios o cardiovasculares y animales, así como el medio ambiente.
