Los consumidores de tabaco no únicamente dañan su propia salud y la de terceras personas, provocan además contaminación atmosférica, afectan el servicio de drenaje y dañan los mantos acuíferos.
Así lo informó Guadalupe Castorena Esparza, integrante de la organización Movimiento Ambiental, instantes antes de iniciar el evento denominado “Colillatón”, celebrado con la finalidad de recolectar colillas de cigarro tiradas en la vía pública.
La razón de esta actividad “es porque una sola colilla puede contaminar 50 o más litros de agua ya que contiene una gran cantidad de residuos químicos y se colocan en los cigarrillos para supuestamente proteger la salud del fumador, lo cual no solamente no ocurre, sino que este residuo de los cigarros se quedan en el piso”.
El problema es que los fumadores no alcanzan a comprender el daño que las colillas le provocan al medio ambiente:
«Como las colillas son algo pequeño, pues se tiran, el problema es que son miles las que son arrojadas al piso diariamente, hace pocos días estuve afuera del Hospital Tercer Milenio y había esparcidas por la banqueta cientos de colillas».
La situación es que “cuando llegan las lluvias, estos residuos son arrastrados por las corrientes de agua para acabar en las alcantarillas, donde junto con el resto de la basura, tapan los ductos y vienen las inundaciones, otra importante cantidad llega a las plantas tratadoras que no están funcionando debidamente, de tal forma que estas colillas pueden llegar a cualquier lugar y contaminarlo”.
Como se sabe, “la contaminación no es exclusiva del lugar en donde se produce por eso la invitación es, primero, no tirar las colillas y segundo, darnos un tiempo para recogerlas y depositarlas en la basura, a mí me da mucho coraje hacerlo, pero aun así lo hago pensando en el beneficio que esto trae para todos”.
Por supuesto, “sería una responsabilidad de los fumadores recoger su basura, pero si la primera no la atienden, es decir, evitarse el daño que el tabaco les provoca, menos van a preocuparse por el daño que le provocan al medio ambiente y a las demás personas, ya que, por ejemplo, fumar en espacios abiertos no quieta la contaminación, solo la dispersa, porque el humo no desaparece, se integra al medio ambiente”.
Colocar esta indicación en las cajetillas de cigarros, que son también arrojadas al piso, no traería tampoco ningún beneficio:
«Ya que en estos paquetes se advierte de los riesgos a la salud y aun así la gente sigue fumando».
