Ante las contundentes evidencias, no hay duda de que el aire contaminado y las aguas residuales tienen mucho que ver en los problemas de salud en las ciudades de mayor concentración poblacional. La Ciudad de México y su área conurbada, por ejemplo, dada la alta contaminación del aire y las aguas residuales sin tratamiento de la mayor parte de los municipios aledaños, que incluso cultivan hortalizas, propician la incubación del Covid-19.
National Geographic-Continúa. -Cuando la Covid-19 empezó a hacer estragos en el mundo, la profesora Francesca Dominici sospechó que la contaminación del aire aumentaba el número de muertes. Los habitantes de los lugares contaminados, señaló, tienen más probabilidades de padecer enfermedades crónicas, y esos pacientes son los más vulnerables a la Covid-19. Además, la contaminación de aire puede debilitar el sistema inmunológico e inflamar las vías respiratorias. lo que deja al cuerpo con menos capacidad para combatir un virus respiratorio. Cuando se produjo la pandemia, Dominici y su equipo decidieron cotejar los datos sobre la calidad del aire en el país, con el recuento de muertes por Covid-19 que realizó la Universidad Johns Hopkins en cada condado.
Como era de esperar, las tasas de mortalidad viral eran mayores en los puntos con más PM 2.5, (materia particulada en el aire de 2.5 de micrómetros de diámetro) es decir, en los lugares en los que décadas de exposición al aire viciado habían preparado los cuerpos de las personas para ser susceptibles al coronavirus. En diciembre, el equipo informó que la contaminación por partículas era responsable de 15 por ciento de las muertes por COVID-19 en todo el orbe. En los países más contaminados de Asia Oriental se trataba de 27 por ciento.
Datos duros. Continúa. – El ININ ya colabora con CONAGUA en más muestras del pozo de La Cantera, informó en ese entonces Pedro Ávila Pérez, director de Investigación Tecnológica de esa dependencia gubernamental. “Necesitamos hacer un mayor número de estudios y CONAGUA se está coordinando con el Sistema de Alcantarillado y Agua Potable de San José Iturbide para ampliar los análisis, a cuatro o cinco muestras más para ver si se confirman, agregó. Explicó que la porción radiactiva era de 25 por ciento, una de cuatro muestras. ¿Qué tan común es este tipo de hallazgos para una institución como la que representa?, se le preguntó. -No es común este tipo de muestras, aclaró. De hecho, señaló, me atrevería a decir que en los últimos dos o tres años es la única muestra que ha salido por arriba de norma. Es la primera vez que encontramos un valor alfa total que supera la norma, aclaró.
Asimismo, dijo, lo primero que tenemos que hacer es ratificar que el pozo tiene esos valores, y al ocurrir eso, agregó, confirmar qué tan extenso es el acuífero, cuántos pozos están asociados, para verificar la extensión del problema. Es una alerta, efectivamente, pero necesitamos confirmarlo haciendo análisis a mayor detalle y entonces sí extenderlos a mayor número de pozos”, precisó.
Esta es la respuesta a la pregunta 4 del cuestionario a la Secretaría de Salud. – 4.-Según estudios del Centro de Geociencias de la UNAM (CEGEO) llevado a cabo en 2015, la concentración de arsénico y fluoruro en el acuífero Lerma-Chapala, que va del Edomex a Jalisco, se duplicó en los últimos 14 años; condición semejante afecta a las aguas subterráneas de seis estados más y todos presentan la misma problemática en mayor, o menor grado y tiende a agudizarse. ¿Tiene conocimiento la Secretaría de Salud, en qué municipios se ha detectado la presencia de estos tóxicos en el agua que se consume, y cuáles han sido los problemas de salud que hasta ahora se han presentado por estos motivos hasta la fecha?
–Con base en información de COFEPRIS, durante el año 2019 se llevó a cabo la determinación de arsénico y flúor en 19 y 21 entidades federativas respectivamente considerando su historia geológica por lo que pueden presentar dichos elementos. El universo del muestreo para ese año es de 5, 123 determinaciones a nivel nacional. Las determinaciones de arsénico mostraron la presencia de este elemento en 15 entidades, las cuales corresponden principalmente a estados de la región norte del país, mientras que se encontró la presencia de flúor en 12 entidades ubicadas principalmente en la región del Bajío. En ambos casos, la presencia de estos elementos se relaciona, como se ha mencionado, con las características geológicas de las regiones en las que se ubican dichas entidades.
De manera específica, acerca de las localidades de San Pedro Itzicán, Mezcala y Agua Caliente, municipio de Poncitlán, Jalisco, hasta el año 2019 no se tienen registradas concentraciones de arsénico y plomo mayores al límite permisible establecido en la NOM-127-SSA-1-1994 (modif.2000) En tanto que, en los años 2007, 2016, 2018 y 2019 se tienen registros de determinaciones de flúor en San Pedro Itzicán mayores al límite normativo permisible.
Durante 2018, la COFEPRIS llevó a cabo un muestreo extraordinario de la calidad bacteriológica y fisicoquímica (arsénico, plomo y flúor) del agua de uso y consumo humano abastecida a través de los sistemas de abastecimiento en las tres localidades del municipio de Poncitlán, en el cual se encontraron bajos niveles de cloro residual libre y niveles de arsénico, plomo y flúor menores a los límites permisibles establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA-1-1994. Sin Embargo, la COFEPRIS, a través de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (COPRISJAL) ha continuado con el monitoreo de la calidad del agua de uso y consumo humano y se coordina esfuerzos con diversas dependencias como la SEMARNAT y la CONAGUA.