Con un momento de silencio, oraciones y protestas contra las plantas nucleares, Japón lloró este jueves a alrededor de 20 mil víctimas del terremoto y tsunami que golpearon al país hace 10 años, que destruyeron ciudades y provocaron una fusión nuclear en Fukushima.
Las enormes olas provocadas por un terremoto de magnitud 9.0, uno de los más fuertes de los que se tiene registro, azotaron el noreste de Japón, mientras que la fuga de radiación en Fukushima obligó a más de 160 mil residentes a escapar de la zona.
El gobierno japonés ha gastado alrededor de 300 mil millones de dólares para reconstruir la región, pero las áreas cercanas a la central nuclear siguen cerradas, las preocupaciones sobre los niveles de radiación persisten y muchos de los que se fueron se asentaron en otros lugares.
Unas 40 mil personas siguen desplazadas por el desastre. Las heridas de familiares fallecidos y hogares destruidos continúan vigentes en la memoria de los japoneses.
