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¿Qué son los panales-discoteca de las avispas asiáticas?

Encuentran unos nidos de avispa capaces de brillar bajo la luz ultravioleta

El mes pasado escribíamos sobre la tan interesante como desconocida fluorescencia de los escorpiones. Como dijimos, estos arácnidos no son los únicos capaces de brillar bajo la luz ultravioleta (UV), pues animales como la liebre saltadora de El Cabo, el ornitorrinco, ardillas voladoras, algunos oposum y los wombats, también lo hacen.

A esta lista de brillantes animales se le añaden numerosas especies del género Polistes sp. Se trata de avispas de papel asiáticas, unos insectos de hábitos diurnos. Lo más curioso es que no son ellas las que brillan, sino sus nidos. Este hecho fue descubierto y publicado este pasado agosto de 2021 en la revista Journal of The Royal Society Interface por científicos de la Universidad de Sorbona (París).

Bernd Schöllhorn y su equipo se toparon con estos nidos luminosos. «Cuando lo ves, es simplemente mágico», dice el investigador para Science News. “Parecía que alguien había encendido una linterna en el bosque, pero no había nadie. […] Personalmente, me sentí muy optimista al encontrar estos organismos tan interesantes, porque el aspecto de la fluorescencia aún está poco explorado», sigue. Después de hallarlos, se llevaron algunos ejemplares a su laboratorio para analizarlos.

Tras la investigación los científicos encontraron que los hilos de seda que forman los nidos incluso brillan más intensamente que otros biomateriales fluorescentes documentados. «No hemos visto ningún otro ejemplo como ese», dice Schöllhorn.

¿Pero de qué les sirve la fluorescencia de los nidos a las avispas? Como de costumbre existen varias hipótesis al respecto, pero no un consenso. Una de ellas se ve plasmada en el artículo publicado y propone que de esta manera, las paredes de los nidos protegen a las larvas del interior de la radiación ultravioleta del Sol, ya que absorben parte de la energía dañina y la disipan como luz visible. Una hipótesis alternativa sería la de ayudar a las avispas a encontrar su hogar; cuando el sol arroja directamente su última luz ultravioleta al final del día, los nidos podrían brillar lo suficiente en medio del oscurecido follaje e indicar sus posición a las avispas, como si se trataran de balizas en el crepúsculo.

Sin embargo, siempre hay quien piensa que «es posible que esto sea solo un subproducto incidental de cómo se fabrica la seda de los nidos«, dice la entomóloga Liz Tibbetts a The Atlantic, que no participó en el estudio.

Sea como sea, este estudio pone de manifiesto que cada vez encontramos más ejemplos de que la capacidad de brillar bajo la luz ultravioleta está más extendida en la naturaleza de lo que pensábamos, y nos acerca a descubrir la función biológica de este increíble fenómeno. ¿Seremos los humanos capaces de usar la bioluminiscencia a nuestro favor en un futuro próximo?

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