Agua

¿EL MAR MUERTO ESTÁ DESAPARECIENDO?

Las aguas saladas del Mar Muerto han reducido su volumen en el último siglo, llevando al sitio natural al borde de la desaparición.

En la Antigüedad más remota, los hebreos llamaron al Mar Muerto “Yam Hamélaj“: el Mar de Sal. Incluso desde entonces, que no se contaba con los recursos científicos para conocer su composición química, los pobladores tenían claro que podrían aprovechar sus propiedades. A milenios de distancia, estas actividades humanas podrían provocar su desaparición.

Aunque existen teorías geofísicas que se contradicen con respecto a sus orígenes, se tiene la certeza de que es el punto más bajo de todo el planeta. Su altísima composición salina permite que los objetos que se introduzcan en él floten. En contraste, no permite ningún tipo de vida acuática en su interior: es muy probable que, si alguien abre los ojos al interior de las aguas del Mar Muerto, se quede ciego.

No sólo los antiguos hebreos se ocuparon de disfrutar de los beneficios provenientes Mar Muerto. Nabateos, egipcios y otros pueblos de la Antigüedad gozaron de las propiedades naturales de las sales que de ahí pueden extraerse. Algunos para momificar a sus antepasados; otros, para comerciar con los productos derivados de ellas.

Los efectos curativos de sus aguas son reconocidos internacionalmente al día de hoy. Aunque técnicamente es un lago, la extensión aparente a la vista humana le dio fama de mar. Debido a que funge como una atracción turística para Israel, Jordania y —en menor medida— Palestina, y como un recurso natural explotable para las tres naciones, su volumen se ha reducido significativamente.

¿Por qué está desapareciendo?

Según datos del gobierno israelí, durante “los años 30, el Mar Muerto tenía una extensión de cerca de mil kilómetros cuadrados. Hoy en día, no llega a los 650“. La razón detrás de esta reducción considerable en sus dimensiones responde al desvío de las fuentes de agua y a la extracción de minerales.

El turismo y las hordas de gente que visitan el sitio todos los días —particularmente durante las temporadas altas— tampoco ayuda. Cada año, quienes desean visitar el destino tienen que viajar más horas para alcanzarlo. De acuerdo con EcoPeace Middle East, una ONG que reúne a ambientalistas israelíes, palestinos y jordanos, “Esto es un desastre ecológico en curso generado por la actividad humana”.

También puede gustarte...